martes, 9 de noviembre de 2010

Cuesta. Cuesta 700 veces de darse la cabeza con la pared, mil veces de caerse con la misma piedra, mil veces mas de sonreir y hacer que no paso nada. Cuesta, pero uno termina dandose cuenta de que hay cosas que no cambian. Te das cuenta cuando miras alrededor tuyo y ves que si hay personas que pueden ser diferentes. Nose, seguramente es porque uno crecio con eso, entonces es normal, rutinario, uno esta acostumbrado y curado de cualquier tipo de asombro. Pero bueno, tambien se crece en otros sentidos y te das cuenta que hay diferentes formas de manejarse en la vida, que lleva tiempo y, obviamente pesar, pero por una u otra cosa los caminos se separan. Inconcientemente elegimos que caminos tomar, y asi estamos como estamos. Alegremente estamos como estamos. De toda esta telaraña de personas que nos unia ya no queda un solo hilo fuerte, nada que me retenga ni que me una tan imprescindiblemente. Soy partidaria de no cambiar a las personas, de aceptarlas como son, pero hay cosas en que uno no puede diferir tanto, hay principios e ideales que son intrucables, inintercambiables. Hay cosas que no se pueden dejar pasar y frente a las que uno no puede cerrar los ojos y hacer como si nada. Tarde o temprano te enteras de todo, o te van cerrando determinadas cosas que no entendias, te vas acordando de cosas que creias olvidadas y que sabiendo la verdad te provocan asco. Esas cosas de las que creiste incapaz a alguien te abren los ojos a la realidad que todos te gritaban. Pero no todo es tan malo, gracias a todo este melodrama con escenas de comedia valoras a los demas, a los que son como realmente dicen ser, a los que no tiene doble, triple, ni cuadruple discurso, gracias a estas cosas me doy cuenta de las hermosas personas que son mis verdaderos amigos, de lo mucho que son en mi vida y de lo que valen en realidad.

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