jueves, 10 de noviembre de 2011

Y de repente me encuentro pensando en ese sentimiento indescriptible, aquel que todos luchamos por conseguir, ese sin el cual no encontraríamos sentido a los avatares diarios. Freud lo llamaria "investidura de objeto",  los legos lo llamariamos "amor" (agr, ni me gusta como queda esa palabra en una oración). Y me pregunto si esas cuatro letras son las causantes de tantos brazos dados a torcer, de tantos cambios de rumbos, de tanto cambios de metas sin explicación razonable. Como me hizo dar cuenta una frase de una canción que no puedo parar de escuchar, y una relación de pareja cercana a mi, "no todo es arco iris y mariposas". El amor no es todo amor, también es sacrificio, paciencia, bollitos de orgullo tirados en un rincon, bancarse las dudas y los tiempos, decir con toda la seguridad del mundo "yo te espero" aunque sepamos que no podemos esperar un solo segundo mas a correr a los brazos de esa persona que queremos. En todo el entrelazamiento de relaciones que es nuestra vida, el amor también son los destiempos, las razones, las justificaciones, las incoherencias y las represiones. El amor no es medible, es comprobable en la medida en que contraponemos todo esto a las risas y significaciones. El amor no es un brote, no es una especia de innatismo, sino que, en sabias palabras de una futura psicóloga, el amor es una construccion.

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