viernes, 28 de diciembre de 2012

Cada color, cada cosa, cada rincón, cada libro. Cuando hablan, cuando cantan, cuando canto, esa canción de Berra que irónicamente dice "y a eso de las dos siempre la misma puta canción que me hace acordar". Y las combinaciones, y los adornos, y las fotos, y las frases y mi inconciente. Y las casualidades y las causalidades. Las peleas, los guiones, los diálogos, los párrafos, las letras y los puntos. El insomnio, el sueño, el despertar, el descanso. Las series, las películas, las páginas webs, las búsquedas y los atajos. El cuento del destino, el único que no puedo reescribir. El pelo, los enredos, los bigotes, las narices, las frentes. El desgarro, los antojos, los cuidados, los despojos. El viaje, el futuro, el presente que no es pasado.
Pero pasa, yo sé que todo pasa. Que esta figurita repetida pronto va a ser cambiada, lo se. No quiero, pero lo sé. Uno de mis refugios dice "dale tiempo al tiempo", y a la ves "el tiempo no existe". 

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