viernes, 4 de enero de 2013

Y uno siempre haces esas cosas que no debería, y ver todo en retrospectiva, y leer, y escuchar, y darme cuenta que todas las señales siempre estuvieron ahí, en cada palabra. Y que es verdad, que yo no quería verlo, y que me enseñaste tantas cosas. Por ahí no como yo quisiera, o como a mi me gustaría, pero si como las necesitaba para aprenderlas. Y ahora entiendo todo eso que no entendíamos  o por ahí es que quiero entenderlo de esa forma. Destino, Karma, como vos quieras llamarlo. Me diste todo lo que necesitaba, o fuiste todo lo que necesitaba. Sos. Y esa persona, que siempre ejerce como vocecita de conciencia, me dice que no me vaya. Mi lado derecho me dice que le haga caso, mi lado izquierdo, que haga todo lo contrario. Y vuelve a aparecer esa parte de mi que tanto odio, esa que no cree en nadie, esa que piensa que todos son impostores a favor de sí mismos. ¿Es posible que nadie juegue a favor de otro? ¿Es posible chocarse con la misma pared y no sufrir daños? ¿Es posible que en determinado momento nos hagamos inmunes a ciertas cosas? Cada cual, cada cual, me diría esa vocecita de mi conciencia, mientras me abraza para que siente menos el impacto. 

No hay comentarios: