domingo, 19 de septiembre de 2010


Cuando se nubla el alrededor, cuando te olvidas de los apuntes, de las peleas, de los planteos, de las necesidades, de los olvidos, de los pendientes, de las canciones tristes, de las promesas incumplidas y de todas esas cosas no necesarias de nombrar. Me encanta. Me encantan esos pequeños momentos de nulidad, esos pequeños momentos no interminables, con principio y final impuestos, pero, en fin, momentos de desahogo y de felicidad contada, pero felicidad al fin.

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