viernes, 1 de octubre de 2010

Cada uno tiene su manera de aprender. Cada uno tiene sus tiempos, sus roces, sus ventajas, sus desventajas, sus equivocaciones, sus aciertos, sus cuestiones y sus respuestas. Cada cual es como es y como quiere, cada cual actua como corresponde con su personalidad, con sus defectos y sus virtudes. Cada uno tiene sus miedos y sus maneras de enfrentarlos, su manera de asumirlos y su manera de resignarlos. Cada uno tiene sus pozos, sus saltos y sus estados inertes. Cada uno tiene sus escudos, sus formas de defenderse y sus respectivas espadas. Cada cual tiene su manera de ser con la vida, ninguna es buena, ninguna es mala, son simplemente maneras subjetivas de crecer y de ser como somos, de tratar de alcanzar nuestros objetivos, de superar nuestras debilidades. Nadie tiene derecho a juzgar, a decir que esta bien o que esta mal, a hablar sin saber, a opinar sin entender lo que realmente decimos o a quien o como puede llegar a afectar. La subjetividad es inevitable, inentendible, la objetividad no existe en cuestiones de sentimientos, no tratemos de buscarla. No podemos concebir una forma unica de pensar o de sentir una situacion, por eso mismo, no vale la pena hablar con quien no tiene ganas de escuchar ni de entender nuestras opiniones, solo queda seguir siendo subjetivo y de alguna u otra manera aprender a convivir con la subjetividad del otro. Nadie es nadie para cambiar a otro, si hay algo con lo que no se puede conciliar no es cuestion de tratar de cambiarlo, es cuestion de entenderlo, de aceptar al otro, SIEMPRE aceptar al otro, como nos gustaria que nos acepten a nosotros.

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