domingo, 20 de marzo de 2011

Hagamos de cuenta que estoy en una etapa de "No a la diversión" en donde mi mundo es pura rutina y clichés muy aburridos. ¿Hagamos de cuenta, dije? Mejor dejo de mentir. Estoy en una etapa de "No a la diversión" en donde mi mundo es pura rutina y clichés aburridos. No sé, la palabra cliché me gusta. Me siento una persona culta. Cliché-cliché-cliché.
Estoy en esos arranques en los que solo tengo ganas de quedarme en mi casa y mirar la típica pelicula estadounidense de peleas de popularidad en los colegios, donde es obvio que la chica termina con el chico y las populares malas reciben su castigo (excesos de clichés); o de hacerme una maratón de muchas horas de alguna serie que me encante mientras tomo un café caliente. No es que me pase algo o que tenga algo en contra del mundo, simplemente eso, tengo ganas de no planear, de no estar expectante de algo, de no salir a los mismos lugares, de no escuchar la misma música, de no tomar los mismos tragos, como dice la cancion, "tengo ganas de no tener ganas". A todos nos pasa!... A todos nos pasa, no!?
Definitivamente, todo esto es producto de estar un sábado a la noche escuchando dos horas seguidas de Sabina y bajar el nuevo cd de Arjona. Demasiado cliché.   

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