jueves, 21 de abril de 2011

Y de repente ocurrió algo inesperado, sus miradas se cruzaron, sus ojos se fijaron en los del otro por un breve instante que duro lo que una eternidad. Y sintió lo que tanto esperaba, que el mundo desaparecía, que las montañas se desvanecían, que todo se nublaba a su alrededor y solo quedaban ellos dos. Comprendió que cada paso que habia dado, bueno o malo, la había llevado a ese instante, la había conducido a perderse en esos ojos marrones acaramelados de los que nunca queria separarse. Y quiso bailar y cantar como si fuera protagonista de una novela de Cris Morena y que pasaran todas esas cosas tiernas, que antes de esto le parecian bizarras, que solamente pasan en las novelas. Quiso hacerle notar que estaban hechos el uno para el otro, que el mundo estaba hecho para que ese instante sucediera. Quería explicarla todo lo que en ese segundo no se podía explicar con palabras.

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