domingo, 14 de agosto de 2011

Me gusta la rutina, pero esa rutina que ordena el caos, que nos dice los pasos pero no como hacerlos, estoy totalmente en contra de la rutina monótona, de la rutina que se termina volviendo automática, irrelevante, inconexa con la realidad. Creo que gran parte de mantener los lazos es renovarlos, dejarlos en la rutina, pero no en lo automático. Para mantener los lazos iguales es necesario transformarlos. Transformarlos en lo mismo, pero en mejores en profundidad, en vitalidad. Reinventarlos. Seguir fortaleciendo lo que te unió a esa persona en principio pero de diferentes maneras. Creo que para esto se necesita de ambas partes, de ambos esfuerzos, porque si las personas involucradas no tiran para el mismo lado ese lazo se termina cortando. Todas las partes deben mostrar interés  deben darle importancia al asunto y tomar en cuenta los intereses de la otra parte, porque si tan solo se respetan las predilecciones de uno, los demas se terminan sintiendo aislados, sin oportunidad de expresión, de elección. Nunca se puede ganar algo sin perder desde otro lado, y en cuestiones de relaciones uno siempre tiene que estar dispuesto a ceder en algo, a dejar ganar al otro, y la cruel (o no tanto) verdad es que si el lazo es fuerte la ganancia de uno termina siendo la felicidad de todos los que se encuentren involucrados.

1 comentario:

Juliana dijo...

hermosaaaa entradaaa. te sigo linda, un beso. seguime dale?